100 g de pechuga de pollo contienen más de 20 g de proteína, lo que la convierte en uno de los mejores alimentos para mantener los músculos y regenerar el organismo.

La carne de pollo contiene vitaminas del grupo B, en particular B1, B2, B6 y B12, así como vitaminas A, C, H y PP. También contiene colina, que contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso.

Otro componente importante es la vitamina D, necesaria para la salud de los huesos, el funcionamiento normal de los sistemas inmunológico, cardiovascular, nervioso y endocrino, así como para el crecimiento y la regeneración adecuados de los tejidos.

La carne de pollo se digiere fácilmente, no sobrecarga el sistema digestivo, mantiene su funcionamiento, favorece la limpieza del hígado y fortalece el sistema inmunológico.